SERÁ ALGO NO TAN PÚBLICO
- Rodriguez Olivera Matas
- 12 sept 2015
- 5 Min. de lectura
Martes once y diez de la mañana. Un día caluroso, con mucho viento, pero como es común la gente camina por los alrededores del Teatro. Algunos yendo a trabajar, otros de paso, y algunos otros trabajando en esta obra que tantas criticas trajo. Se estimaba que las rejas iban a estar puestas por completo para antes de fin de año, y parece que va a ser así. A pesar de sus interrupciones, la obra adelanto muchísimo al último mes. Las rejas ya están casi colocadas sobre calle 53, 9, 51 y 10, rodeando toda la manzana.

Sobre calle 53, llegando a mitad de cuadra se puede observar a trabajadores vestidos con casco color blanco, y sus uniformes marrones o celestes trabajando sobre la vereda y el asfalto con cemento para una mejor entrada de vehículos al estacionamiento del Teatro Argentino.
Al seguir dando la vuelta de la manzana, no solo vamos a encontrar a aquellas personas trabajando en las bases y colocaciones de las rejas, sino también vamos a ver otras actividades como por ejemplo la limpieza, en donde tratan de arreglar aquellas pintadas tanto en las ventanas como en las paredes y en los pisos, hecho por los grafiteros, ocasionando el problema nada mas ni nada menos por el cual se decidieron poner las rejas.
“Cuesta sacar estas manchas. No se si no va a haber que cambiar vidrios, y hasta pintar las paredes. Es casi imposible.”
“Estas cosas las hacen de noche. Durante el día no pueden. La culpa es de todos, de ellos por dañarlo, y nuestra por no cuidarlo. No tenemos que permitir estas cosas.” Dijo rápidamente Miguel mientras intentaba sacar el graffiti del oscuro vidrio.
La gente sigue pasando. La gran mayoría de las personas camina por el lado de afuera del Teatro, a pesar de que en cada esquina se dejo una boca de aproximadamente 5 metros para que la gente pueda ingresar de día y atravesarlo por su interior.
Supuestamente esta boca de noche será cerrada para no sufrir disturbios, aunque todavía no hay ningún portón como se dijo en algún momento.
Si algo llamo la atención, fue la cantidad de motos estacionadas en la puerta de entrada ubicada en calle 53, en donde exactamente se encontraban 13 motos estacionadas, una al lado de la otra. Seguida a estas, una camioneta del cuerpo de infantería y en la parte inferior a donde se encontraban estacionadas un cartel que parece no sacarse nunca: “Prohibido andar en patineta”, tachado con aerosol seguramente por los skaters.
“Las motos que están estacionadas en la entrada son todas de personas que trabajan acá. Hasta que la obra no este terminada por completo se les permite dejarlas ahí. Esta prohibido dejar motos y bicicletas en el estacionamiento del Teatro” dijo Gustavo atendiendo desde atrás del vidrio de la entrada de 53.
Puede o no ser el horario, pero no se encuentra ninguna tribu, ya sea skaters, raperos, o bikers. Como se encuentra hoy el Teatro Argentino es muy difícil que los chicos vengan a hacer sus actividades al lugar. Las rejas están puestas casi por completo, y los materiales de trabajo ocupaban su lugar.
Sobre calle 51 y 9 se ve a simple vista las letras de gran tamaño pegadas sobre las ventanas del Teatro, de color naranja, con la frase: VENÍ A INSPIRARTE. Debajo de eso un patrullero como de costumbre, y caminando unos metros del lugar se pueden observar algunos huecos entre las rejas a lo largo de la cuadra. No muy grandes, de aproximadamente 7 metros, en donde las rejas están apoyadas sobre la vereda. Por lo tanto, esa cuadra comenzara a estar enrejada por completo en muy poco tiempo. Solo falta colocarlas. Mientras tanto, la gente sigue entrando y saliendo por la otra entrada al Teatro, ubicada en calle 51.
Volviendo para la calle 53 y 10, a la izquierda de aquella entrada en donde se encuentran estacionadas todas las motos, algo característico colgaba de dos ventanas del Teatro. Se trataba de una bandera color roja, no muy grande y con una inscripción: “NO RIFES TRABAJO, EDUCACIÓN, SOBERANÍA. VOTA A SCIOLI”, haciendo campaña para la elección del pasado domingo 22

A pesar de ser poca la gente que caminaba por el lado de adentro de las rejas, hable con Sofía, una joven que pasaba por el lugar en donde se encontraba esa bandera.
“No me parece bien que se haga política desde un lugar publico como es el Teatro. Cada uno tendrá su postura y es respetable, pero no me parece. Igualmente creo que esto no solo ocurre acá, sino que ocurre en todas partes. Esta instalado en la sociedad nuestra esto de no importarle al otro lo que piense uno”.
Falta poco para que las rejas cubran toda la manzana, ¿Qué opinas?
"Las rejas me parecen bien. Veo que mucha gente critica que se este enrejando todo el Teatro, pero par mi esta bien. Mira como esta, horrible. Todo sucio, pintado, manchado. Parece un Teatro abandonado. Las rejas en mi opinión van a solucionar el problema de los escraches, o eso espero".

¿Y las rejas son la solución? ¿O pensas que podría haber sido otra?
"Puede que haya otra solución, ¿pero cual? Pusieron seguridad, policías, patrulleros y el Teatro siguió manchándose. Me hubiese encantado no llegar a este limite de que tengan que poner rejas, pero si las autoridades mayores no pudieron controlarlo no queda otra. El teatro es para que la gente venga a disfrutar, camine, se siente a descansar. Ahora con las rejas no se si eso pasar. Será algo no tan público, pero así se dio".
¿Los diferentes grupos que vienen o venían seguido acá, pensas que tienen algo que ver en todo esto?
"Puede que si. No conozco bien las actividades que vienen a hacer acá, pero se que se llena de jóvenes para andar en patineta, o incluso para pintar. Escrachar el Teatro capaz lo toman como una actividad…"
"Dejando de lado a aquellas personas que solo vienen a disfrutar de lo que les gusta hacer, creo que entre ellos mismos deberían haberlo cuidado. Estoy segura que todos se conocen con todos, y nadie hizo nada en defensa del Teatro. Ahora que no se quejen".
Además de protestar en contra de las rejas, los vecinos reclamaron la tala de árboles ¿Estas de acuerdo?
En eso si que tienen razón. Estoy en contra de la explotación forestal. Me encanta ver todo pintado de verde. Quizás ese fue un error del Municipio o de quienes dejaron poner las rejas en el lugar en donde se encontraban los árboles.
Mientras se retiraba, entre risas Sofía dijo: “La sociedad misma hoy no entiende nada de lo que pasa. A nadie le importa nada. Ya pusieron rejas
en La Catedral, La Gobernación, y ahora el Teatro. Mientras sigamos así vamos a terminar enrejados hasta nosotros mismos, ja.”
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